Lecciones de formación

Los bloqueos son la parte más temida de aquellas personas que se dedican a cualquier ámbito artístico. Es un momento horrible y cruel, en el que la inspiración se esfuma como por arte de magia.
Las ideas no fluyen, no sabes cómo continuar tu manuscrito y, además, tu autoestima comienza a decaer debido al archiconocido «síndrome del impostor».
El cursor parpadeando sin cesar y la hoja de un blanco inmaculado pesan como una losa. Tienes a los personajes bien perfilados, sabes cual es el principio y el final de la historia, pero la trama se queda estancada. El nudo va perdiendo nitidez conforme pasa el tiempo y las musas siguen sin hacer acto de presencia.
¿Qué hacer en este momento crítico? La pregunta del millón. En verdad, no hay una formula mágica ni ninguna varita que, con un simple toque de gracia, haga aparecer la iluminación. Sin embargo, existen unos cuantos consejos que puedes poner en práctica para que eso ocurra.
Por todos es sabido que quedarte en casa viendo las horas pasar no es la mejor de las tácticas. Los autores nos nutrimos del movimiento que se genera a nuestro alrededor. Nos fijamos en cada detalle de nuestra vida cotidiana, la de nuestros familiares y amigos, y hasta de la existencia de la vecina del quinto. Por tanto, una de las mejores técnicas consiste en salir, rodearse de gente y actuar como la alcahueta del pueblo. Sal a caminar, echa un vistazo a tu barrio y a sus gentes, mantén conversaciones con otras personas, aunque no las conozcas de nada. En cualquier lugar y circunstancia puede saltar la chispa que prenda la llama de tu imaginación.
La televisión, el cine, la música y el arte te pueden ayudar a crear historias increíbles. Acomódate en tu sillón favorito y ponte alguna serie que te hayan recomendado. Coge entradas para ver alguna película en el cine y empápate de la historia, de sus protagonistas y de cada escena. Explora los distintos géneros musicales, aunque muchos no entren en tu lista de favoritos. En fin, al igual que en el punto anterior, sal un poco de tu zona de confort. Esto hará que las cadenas del bloqueo se vayan soltando.
Que tienes que leer mucho, no es ningún misterio, pero es otro punto a tener en cuenta. Es importante que te centres en tu nicho. Si, por ejemplo, estas escribiendo novela romántica contemporánea, no te pongas a leer terror. Es obvio que sería contraproducente. Se puede aprender mucho de la pluma de otro autor, de su forma de narrar, de su capacidad a la hora de crear situaciones diversas o de su maestría en la construcción y evolución de los personajes. Un poco de lectura todos los días te ayudará a expandir tus horizontes.
También es importante escribir todos los días. Pero, si tengo un bloqueo, ¿Cómo pretendes que lo haga? Os estaréis preguntando. Llegados a este punto, no nos referimos a la narrativa en la que estabas inmerso y que te ha sido imposible continuar. Hablamos de cambiar de tercio por completo. La escritura de relatos ayuda a no perder el hábito de escritura y a focalizarte en un tema distinto. Con una búsqueda rápida en internet puedes conseguir una serie de disparadores que te den ideas para redactar un texto no muy extenso. También te ayudará a pulir tu técnica de escritura, entre otras cosas, porque te forzará a crear el planteamiento, nudo y desenlace en menos palabras.
Hacer ejercicio, por poco que sea, puede servirte de ayuda. A muchas personas les funciona para evadirse, pues se centran en alcanzar un objetivo físico, liberando la mente. La meditación o el yoga son también dos herramientas muy utilizadas. Hay personas que dicen no poder con ello, pues ambos casos implican quedarse quieto y poner la mente en blanco, centrando la atención en las sensaciones de tu propio cuerpo. No obstante, por intentarlo no se pierde nada.
Por último, vamos a comentar un punto que no a todo el mundo le sirve, pero que también existe y a muchos escritores les resulta de utilidad: escribir con otro y otros autores. No es algo sencillo y no a todos les funciona. Debes encontrar a alguien que sea similar a ti, tener mucha confianza en tu compañero de escritura, hablar de forma constante y hacer una lluvia de ideas que os ayuden a sentar las bases de vuestra historia. La escritura a varias manos puede ser un soplo de aire fresco, ya que lo que no se te ocurra a ti, se le ocurrirá al otro.
Como veis, el desbloqueo es posible, sin embargo, no es una ciencia cierta. No obstante, no perdéis nada con probar algunos de estos puntos. Ante todo, lo más importante es no obsesionarse, aunque sea fácil decirlo. Sin embargo, si no paráis de darle vueltas y de pensar que tenéis un problema, nunca conseguiréis desbloquear la mente. Esperamos que al menos alguno de los tips os hayan servido de utilidad.
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