Lecciones de formación



Estructura y esquema de la novela

Por Silvia Paredes

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Una de las partes más importantes a la hora de empezar con el proceso de escritura de una novela es la construcción de su estructura narrativa, creando una especie de esqueleto que nos sirva como instrumento de trabajo para profundizar más allá de la sinopsis.

Esta estructura se utiliza para poder distribuir de una manera armoniosa todos los acontecimientos y narrarlos con el ritmo adecuado, cada uno a su tiempo. De esta manera lograremos cierto margen para extendernos o simplificar algunas partes e incluso incorporar los cambios necesarios.

A la hora de crear la estructura de una novela, existen distintos métodos o recursos usados por los escritores: desde la creación de personajes complejos que nos guíen a lo largo de toda la narración, pasando por escribir desde lo general a lo particular, hasta centrarse en definir los puntos principales para, después, conectarlos entre sí. Por eso, uno de los recursos más usados es la escaleta, un resumen de la historia en el que se desglosan las distintas escenas, organizadas en sus respectivos capítulos, tratando de detallarlas de la forma más completa posible. La escaleta es una gran forma para comprobar si nuestra historia tiene sentido, si hemos añadido todo lo necesario, aquella información que teníamos en mente, y si guarda un equilibro lógico. Además, jugar con ella, probando distintas alternativas, es la mejor opción para dar con la idea que tenemos en nuestra cabeza.

Asimismo, en la estructura principal podemos hacer distintas variaciones temporales, incluyendo saltos hacia el pasado o hacia el futuro, e introducir tramas paralelas que completen la historia para mantener la atención del lector durante todo el libro.

Sin embargo, aunque es muy común que los escritores trabajen de forma “libre”, sin contar con esta escaleta, dejándose llevar por las motivaciones, sugerencias y deseos de los propios personajes, como es en mi caso; es necesario seguir el orden de la estructura básica para mantener el ritmo adecuado de la narración.

¿Cuál es la estructura básica de cualquier novela?

1.                  Introducción:

 

La introducción ocupa la primera parte de la historia y sirve para presentar a los personajes, su entorno, la ambientación y el conflicto. Este es el que consigue poner en marcha la historia y su calidad influye de manera decisiva en la originalidad del argumento. Recuerda: sin conflicto, no hay novela. 

 

2.                  Desarrollo o nudo:

 

El desarrollo o nudo es la parte central y más extensa. En ella, el conflicto se complica, por lo que aumenta el interés y la tensión, desarrollando las distintas subtramas, que acompañan a la principal, para dar una mayor profundidad al argumento y complementarlo.

Los distintos acontecimientos que se desarrollen deben exponerse de una manera lógica, intentando que terminen con el gancho suficiente y sin perder esa tensión para dar paso a la última parte de la narración.

 

3.                  Desenlace:

 

El desenlace es el momento en el que el conflicto se resuelve, tras alcanzar el clímax, el punto de mayor intensidad dramática, el más alto del desarrollo en sí mismo. Es decir, cuando la historia no puede seguir ascendiendo, es el momento de ponerle fin. La mejor opción es pensar bien el final de la historia para que sea tan entretenido como el resto de la novela, o incluso más, y mantenga la tensión emocional, logrando que el resto de la trama adquiera sentido.

 

Por eso, aunque somos muchos autores los que nos dejamos “fluir” con nuestras historias y nuestros personajes, permitiendo que nos lleven hacia donde ellos quieren, es necesario tener en cuenta estos aspectos principales para evitar incoherencias y mantener el orden lógico de los acontecimientos en todo momento


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